miércoles, 9 de septiembre de 2015

Historias

Cuando tu vida se muda a otro país los cambios son muchos mas de los que esperabas.
Podría escribir sobre mi historia y aparecen las preguntas que me hago siempre antes de leer una biografía o historia personal ¿Qué mueve a estas personas a escribirlo? ¿Por qué quieren contarlo? ¿A quién se lo quieren contar? ¿Por qué quiero saber de la vida de esta persona?

¿Por qué alguien quisiera leer mi historia? ¿Qué tiene de interesante? ¿Qué quiero contar? ¿Qué espero remover en mis posibles lectores? Me parecen muchas preguntas y las puedo responder.

Tengo la posibilidad de ser colaboradora en una revista española. Me propusieron escribir notas, en principio sobre lo que quiera (siempre relacionado con la temática) Entonces ¿Sobre qué escribo? ¿Les cuento mi historia?

Algunos amigos me entusiasman en que lo haga, que sea natural y lo exprese. "No perdés nada. Sentate y escribí, después ves qué le sacas"

¿Será momento de sentarme a escribir otra vez?

lunes, 17 de agosto de 2015

Entre el río y el desierto

Mientras escuchas un tango, tomás un mate y preparas las valijas pensás en el deseo de volver a tu vida en ese país que elegiste, en esa geografía, con esa gente que estás aprendiendo a conocer y entender. 
Pensás "No vale llorar, esto no es una despedida" y los ojos ya no pueden contener la tormenta de lágrimas. 
Sabés que en tus cajones no hay pasado, no hay papeles del 95 ni fotos del 2001. 
Volvés a la casa de mamá, revisas tus papeles ¿Cómo es que esto todavía está? y ahí sigue, ya con polvo, un poco roto. 

En este momento mi vida tiene un pie en el río y otro en el desierto. 

martes, 11 de agosto de 2015

Próximos destinos

El mundo es muy grande, por suerte.
Y estoy muy cerca de Estados Unidos y aun no tengo visa. Mi próximo propósito será tener la visa y conocer Texas.

Muchas personas me dijeron "En Texas no hay nada, es aburrido. Es un pueblo."
Les respondo CHUPENSE UN CLAVO.

Toda mi adolescencia estuvo marcada por Walker Texas Ranger. La mejor serie del mundo (y no hay discusión en este tema).
¿Mirá Roberto si caminando por Dallas me encuentro con Chuck Norris? Se me cae el calzón, lloro, pataleo, me vuelvo loca.


lunes, 3 de agosto de 2015

Las cosas que no cambian

Vine a visitar Buenos Aires. Era necesario un poco de smog, contaminación, ruidos, quilombos, puteadas y palabras comunes.

Las calles huelen igual, los ruidos son los mismos, hasta el mate sabe igual. Tomar un mate con mi mamá aunque esté lavado tiene el mismo sabor.
La rutina porteña sigue su curso y nosotros nos subimos a ese bondi que en algún lugar nos tira, después vemos como volver.
En los cajones están esos papeles que siempre estuvieron, aparece ese texto que escribiste a los 15 en medio de una crisis de llanto y nunca tiraste. Te da cosita tirarlo, ya pasó, ya no importa, lo dejas donde estaba.
Ver a tus amigos es igual que siempre, hay mas abrazos. Nos seguimos riendo de lo mismo, hablando de lo mismo, recordando lo mismo sumando las experiencias nuevas.

Uno puede tomar mate en cualquier lugar del mundo y el sabor es distinto. Hasta que te acostumbras al agua y ya no se nota.

jueves, 30 de julio de 2015

Aventuras virtuales

Pasó algunos días pensando qué hacer para sorprenderla, porque ella "ama las sorpresas". 
Ella fue clara en sus planteos: necesita vacaciones. El no la entiende. 

Su imaginación decidió que lo mejor era hacerle una fiesta sorpresa anti stress con sus amigos y en su casa, para liberarla de tanto trabajo y agotamiento. El mandó un mensaje a todos los amigos de ella, altruista sin más intenciones que hacer feliz a su "compañera". Seleccionó a algunos, fue agregando a quienes se olvidó de a poco. Algunos respondieron bien. 

Algo olía mal, raro, feo... ¿Por qué contactarse con personas que no conoce? ¿Por qué presentarse como su pareja cuando ella aún no lo presentó a sus amigos? ¿Quería darle una sorpresa o darse a conocer? A mí, como amiga, me olía a que solo quería darse a conocer y que todos supieran que es un buen tipo. La sorpresa es la pantalla, no el fin en sí mismo. 

Entre sus amigos pensamos qué hacer, como manejar la situación para bajar esa fiesta lo antes posible con menor cantidad de heridos y sin que ella tenga que soportar una pelea. Se supone que no sabe de la fiesta sorpresa, tiene que parecer un accidente. 


lunes, 15 de junio de 2015

Palabras mas, palabras menos

El momento de una ruptura, del cierre de una etapa. Aparentemente aprendiste de todo, pero estás sin saber qué ni cómo.
Y ahí estás queriendo que alguien te escuche y no pregunte, te entienda sin censuras. Algo te dice que necesitas ayuda, pero no la pedís porque en el fondo no la querés, sabes que viene el reclamo, la pregunta, la censura y eso está demás en este momento.

No quiero esa ruptura, hay mucho por lo que seguir. Quiero seguir. Terminó la crisálida, ahora será mariposa.

Soy esto que soy, con mis miserias y mis mejores características. Soy un poco aplastada, lenta, temerosa, dudosa. También soy tolerante, sé escuchar, se entender, soy cariñosa. Me quejo y mucho, pero esa es manera de ser. Así voy por la vida, quejándome. Tengo que aprender a ser menos quejosa.
En un punto creo (o quiero creer) que inconscientemente es una forma de agradecer. No todos lo entienden y menos yo.
Acepto a quien tengo enfrente, intento entenderlo y juzgarlo lo menos posible. Espero que me entiendan así como soy, con todo lo que tengo.

Tengo que cambiar miles de cosas y en eso estoy, a mi tiempo. Aprendo y asimilo, como todos, a mi tiempo. ¿Qué esperan de mí? Si me piden cambiar todo tendrán que esperar, porque hay cosas que no quiero cambiar.
A veces creo que pierdo el tiempo haciendo algunas cosas. Otras pienso que no es perder el tiempo sino aprender a ser mejor persona con todo lo que decido. Resulta, a veces, pero la vida es en equipo y los equipos dictan sus reglas.

martes, 14 de abril de 2015

Volver

Salí de Hermosillo, el rancho como lo llaman algunos, por una semana al DF.
No vine con más expectativas que volver a la vida cosmopolita: tomar subte, respirar aire contaminado, quedarme sorda mientras camino de tantas bocinas, tener todo cerca (kiosco, farmacia, tienda), saber que el transporte público me lleva hasta donde quiero a la hora que quiero.

Es cierto que tuvo algunos altibajos el viaje. Conflictos que se resolvieron fácilmente.

Pasamos unos días en un parque con río, piletas y pura naturaleza. Fue una de las experiencias que mas energía me dieron. Todo el tiempo en el rio, cerca de altísimos árboles, mate. Obviamente el sol me hizo mierda, pero eso me pasa siempre que me expongo.

Hoy deseo con muchas fuerzas volver a Hermosillo, al rancho. Ahí está la vida que elijo, con la mujer que amo. La ciudad no tiene todas las comodidades del DF ni de Buenos Aires. Es bonita, tiene su encanto.

domingo, 22 de marzo de 2015

Poné la pava

Tenía la cabeza que me estallaba, náuseas, molestias varias difícil de explicar.
Me bañé, agarré un libro que llamaba mi atención, los cigarrillos y ¡Listo! solo tengo que caminar a la plaza.
Encontré un lugar con poco sol, un poco de viento y lejos de los bichos... O eso pensaba. El libro estaba lejos de ser lo que yo quería leer, aún así le dí chances y leí casi 10 páginas. Definitivamente no me gustaba. ¿Realmente estaba leyendo? Mis pitufos estaban en otro mundo.
Prendí un cigarrillo, cerré el libro, espanté algunos mosquitos.
El sol cada vez picaba mas, los mosquitos... volví.

Miré la casa, tampoco era el lugar en el que quería estar. Y ahí entendí. Ninguno de estos lugares iba a llenarme el corazón. Yo quería estar en Buenos Aires, en cualquier plaza con un libro, el mate hasta aburrirme, volver a la casa de mi mamá y decirle que nos tomemos unos mates juntas.
Después bañarme y arreglar a último momento una cena con amigos.

¿Qué hacía? ¿Los llamaba llena de lágrimas? ¿Esperaba a calmarme y les escribía lo importante que son para mí? No, ese no era el momento para tomar una decisión.
Me acosté y las lágrimas salían con más intensidad, la garganta con un nudo. Mi compañera dormía, lloraba en silencio. ¿Quería un abrazo? ¿Quería que se despierte? Sí, quería, pero no. Quería el abrazo de mi mamá.

Ella se despertó (o la despertó mi llanto). Entre dormida y despierta me pregunta:
-¿Estás llorando? ¿Qué te pasa?
Después de unos segundos de silencio lo dije:

EXTRAÑO A MI FAMILIA.

3 meses tardé en decir esas palabras. Tan simples. Me sentí un poco más libre, sin el nudo de la garganta. Unas lágrimas más.
Entonces me quedé como perdida. Siempre que estuve lejos hice el ejercicio de cerrar los ojos e imaginarme caminando adentro de mi casa haciendo las cosas comunes. Ella me miraba.

El recorrido era el de siempre: Caminaba por el pasillo, guardaba la llave en la cartera, llamaba a mi perra y en un tono de voz alto:
-Má, llegué.
Después tirar la cartera en el sillón, ir al baño y escuchar a mi mamá.
-¿Pongo la pava?

sábado, 21 de marzo de 2015

Ganándole a la distancia

Hoy recuperé la comunicación con una de esas amigas que hablas una vez al año.
Nos perdimos por 3 años, creo (o más).
Por suerte y gracias a la tecnología hablamos casi media hora, super bien. Ambas pensamos que nada es porque sí, todo tiene una causa.
Ambas vivimos lejos de nuestra familia, en zonas poco cosmopolitas, teniendo que empezar de cero y con los mismos problemas salvando algunas situaciones. La diferencia es que ella ya pasó la etapa compleja de sus problemas.
En todo lo que hablamos me dio algunos tips, ayudas, lineas de pensamiento para que lea y pueda resolver y resolverme.

viernes, 6 de marzo de 2015

Allá tiempo y hace lejos

El futuro a veces queda enorme. ¿Planear? No, es demasiado. Todavía no sabes cómo resolver el desayuno.
El presente está raro. Te queda mucho por ver, por entender, por preguntarte.
Y el pasado... ahí está, plagado de situaciones con final dudoso, analizable. Tu presente exige analizar tu pasado, tus ideas, tus modelos, tus miedos no resueltos.



miércoles, 4 de marzo de 2015

Distancia y emociones

Escuchás: Te das cuenta de lo que valen las cosas cuando no las tenés.
También te dicen: Tenés que vivirlo para entenderlo.

Y así pasa la vida, entre refranes y frases hechas repetidas hasta el hartazgo.

Experimento la distancia, la vivo, la siento. A veces la padezco.
Ser extranjera es una gran aventura. Aprender del choque de culturas no se puede explicar fácilmente, es genial. Es raro. Sos la distinta, la que tiene que adaptarse (a veces sin querer) al nuevo hábitat, a costumbres un poco extrañas.
Inconscientemente (y un poco a fuerzas) intentás imponer tu cultura. Buscas mil formas para que de a poco incorporen tus costumbres.

En Buenos Aires tenía todo a mano: familia, amigos, kiosco, yerba, facturas, pavas, la vecina chusma, la historia compartida.
Ahora mis amigos aparecen a través de una cámara, un mensaje.
Las calles son otras. Cuando alguien te decía: Vas por Corrientes hasta Riobamba, doblás a la derecha. Perón es la primera o la segunda.  Listo, llegaste sin pensarlo.
En Hermosillo cuando me dicen: Del Colosio serán unas cuadras mi cabeza piensa ¿Cómo llego al Colosio?


lunes, 2 de marzo de 2015

Noticias de ayer ¡Extra!

Como extranjera te toca leer noticias de tu país.
Es super extraña esa experiencia. Las lees, buscas videos, pero no es lo mismo. Estás a años luz de dimensionar la situación. Cada medio de comunicación cuenta la noticia dependiendo de quien lo financie.
¿Cuál es la noticia? Termina siendo un simple hecho: Hubo un robo en tal lugar y tantos muertos. El relato, los culpables y las opiniones pasan a un segundo plano.

Las redes sociales, como otro medio de comunicación, funcionan de otra manera. Tus amigos y conocidos escriben sus ideas. Y ahí estás, con muchas ganas de escribir tu comentario, hacer tu análisis de la situación ¿Qué análisis podes hacer si la noticia te llega manipulada?


jueves, 26 de febrero de 2015

El plan del universo

Hice un cambio de eje: Dejé Buenos Aires, su smog, su vida contrarreloj, la humedad, mi familia, mis amigos, mi perra, mi casa, mis olores.
Aquí estoy en México empezando MI VIDA con la persona que amo.

Tenía un plan, el mejor plan, el más cómodo, el que me haría todo simple.
Pues no, el universo me mostró que mi plan no era lo que iba a vivir.

Cuando creí que la convivencia sería simple, apareció el universo. No sería simple, había que ajustar, tenía que aprender que las cosas se hacen de a dos, que mis intenciones y mis emociones no eran las únicas.
Aprendí a escuchar, a ponerme en el lugar del otro. Entendí que no podía imponer mis emociones y necesidades siempre.  Entendí que los demás no iban a estar siempre para escucharme, tampoco tenían que entenderme, ni contemplar lo que me pasaba. Sería yo quien tomara el timón y saldría victoriosa de los malos momentos.

Cuando creí que tenía que adaptarme completamente a todos, ser una más, casi igual, otra vez apareció el universo. No tenía que ser una más, porque tengo otra cultura, otra forma de pensar el mundo. Soy la mujer que soy, si algo no me gustaba tenía que manifestarlo, exponerlo o preguntar por qué actuaban de ese modo.
Entendí que ser quien soy es lo que iba a mantenerme fuerte, segura, decidida. Iría a un paso más lento de lo que había planeado, pero a paso firme.

Cuando creí que todo iría bien, vinieron quilombos externos. El universo otra vez habló. No tenía que dar todo por sentado. Esa situación tenía que ser un espejo de aquello que no podía decir y a partir de ahí modificar lo incorrecto. Tenía que enfrentar la situación como una campeona.

Vine con un plan ideal, perfecto. Perfecto para mí.
Un plan que no podía llevar a cabo porque no contemplé a quienes iban a rodearme.
Tampoco contemplé que hacer tantos cambios emocionales y energéticos me pasarían factura, me harían revisar cuentas, plazos, deseos.

Escucharme, escuchar al universo. Analizar antes de actuar. Eso es lo que quiero aprender.