domingo, 22 de marzo de 2015

Poné la pava

Tenía la cabeza que me estallaba, náuseas, molestias varias difícil de explicar.
Me bañé, agarré un libro que llamaba mi atención, los cigarrillos y ¡Listo! solo tengo que caminar a la plaza.
Encontré un lugar con poco sol, un poco de viento y lejos de los bichos... O eso pensaba. El libro estaba lejos de ser lo que yo quería leer, aún así le dí chances y leí casi 10 páginas. Definitivamente no me gustaba. ¿Realmente estaba leyendo? Mis pitufos estaban en otro mundo.
Prendí un cigarrillo, cerré el libro, espanté algunos mosquitos.
El sol cada vez picaba mas, los mosquitos... volví.

Miré la casa, tampoco era el lugar en el que quería estar. Y ahí entendí. Ninguno de estos lugares iba a llenarme el corazón. Yo quería estar en Buenos Aires, en cualquier plaza con un libro, el mate hasta aburrirme, volver a la casa de mi mamá y decirle que nos tomemos unos mates juntas.
Después bañarme y arreglar a último momento una cena con amigos.

¿Qué hacía? ¿Los llamaba llena de lágrimas? ¿Esperaba a calmarme y les escribía lo importante que son para mí? No, ese no era el momento para tomar una decisión.
Me acosté y las lágrimas salían con más intensidad, la garganta con un nudo. Mi compañera dormía, lloraba en silencio. ¿Quería un abrazo? ¿Quería que se despierte? Sí, quería, pero no. Quería el abrazo de mi mamá.

Ella se despertó (o la despertó mi llanto). Entre dormida y despierta me pregunta:
-¿Estás llorando? ¿Qué te pasa?
Después de unos segundos de silencio lo dije:

EXTRAÑO A MI FAMILIA.

3 meses tardé en decir esas palabras. Tan simples. Me sentí un poco más libre, sin el nudo de la garganta. Unas lágrimas más.
Entonces me quedé como perdida. Siempre que estuve lejos hice el ejercicio de cerrar los ojos e imaginarme caminando adentro de mi casa haciendo las cosas comunes. Ella me miraba.

El recorrido era el de siempre: Caminaba por el pasillo, guardaba la llave en la cartera, llamaba a mi perra y en un tono de voz alto:
-Má, llegué.
Después tirar la cartera en el sillón, ir al baño y escuchar a mi mamá.
-¿Pongo la pava?

sábado, 21 de marzo de 2015

Ganándole a la distancia

Hoy recuperé la comunicación con una de esas amigas que hablas una vez al año.
Nos perdimos por 3 años, creo (o más).
Por suerte y gracias a la tecnología hablamos casi media hora, super bien. Ambas pensamos que nada es porque sí, todo tiene una causa.
Ambas vivimos lejos de nuestra familia, en zonas poco cosmopolitas, teniendo que empezar de cero y con los mismos problemas salvando algunas situaciones. La diferencia es que ella ya pasó la etapa compleja de sus problemas.
En todo lo que hablamos me dio algunos tips, ayudas, lineas de pensamiento para que lea y pueda resolver y resolverme.

viernes, 6 de marzo de 2015

Allá tiempo y hace lejos

El futuro a veces queda enorme. ¿Planear? No, es demasiado. Todavía no sabes cómo resolver el desayuno.
El presente está raro. Te queda mucho por ver, por entender, por preguntarte.
Y el pasado... ahí está, plagado de situaciones con final dudoso, analizable. Tu presente exige analizar tu pasado, tus ideas, tus modelos, tus miedos no resueltos.



miércoles, 4 de marzo de 2015

Distancia y emociones

Escuchás: Te das cuenta de lo que valen las cosas cuando no las tenés.
También te dicen: Tenés que vivirlo para entenderlo.

Y así pasa la vida, entre refranes y frases hechas repetidas hasta el hartazgo.

Experimento la distancia, la vivo, la siento. A veces la padezco.
Ser extranjera es una gran aventura. Aprender del choque de culturas no se puede explicar fácilmente, es genial. Es raro. Sos la distinta, la que tiene que adaptarse (a veces sin querer) al nuevo hábitat, a costumbres un poco extrañas.
Inconscientemente (y un poco a fuerzas) intentás imponer tu cultura. Buscas mil formas para que de a poco incorporen tus costumbres.

En Buenos Aires tenía todo a mano: familia, amigos, kiosco, yerba, facturas, pavas, la vecina chusma, la historia compartida.
Ahora mis amigos aparecen a través de una cámara, un mensaje.
Las calles son otras. Cuando alguien te decía: Vas por Corrientes hasta Riobamba, doblás a la derecha. Perón es la primera o la segunda.  Listo, llegaste sin pensarlo.
En Hermosillo cuando me dicen: Del Colosio serán unas cuadras mi cabeza piensa ¿Cómo llego al Colosio?


lunes, 2 de marzo de 2015

Noticias de ayer ¡Extra!

Como extranjera te toca leer noticias de tu país.
Es super extraña esa experiencia. Las lees, buscas videos, pero no es lo mismo. Estás a años luz de dimensionar la situación. Cada medio de comunicación cuenta la noticia dependiendo de quien lo financie.
¿Cuál es la noticia? Termina siendo un simple hecho: Hubo un robo en tal lugar y tantos muertos. El relato, los culpables y las opiniones pasan a un segundo plano.

Las redes sociales, como otro medio de comunicación, funcionan de otra manera. Tus amigos y conocidos escriben sus ideas. Y ahí estás, con muchas ganas de escribir tu comentario, hacer tu análisis de la situación ¿Qué análisis podes hacer si la noticia te llega manipulada?