lunes, 17 de agosto de 2015

Entre el río y el desierto

Mientras escuchas un tango, tomás un mate y preparas las valijas pensás en el deseo de volver a tu vida en ese país que elegiste, en esa geografía, con esa gente que estás aprendiendo a conocer y entender. 
Pensás "No vale llorar, esto no es una despedida" y los ojos ya no pueden contener la tormenta de lágrimas. 
Sabés que en tus cajones no hay pasado, no hay papeles del 95 ni fotos del 2001. 
Volvés a la casa de mamá, revisas tus papeles ¿Cómo es que esto todavía está? y ahí sigue, ya con polvo, un poco roto. 

En este momento mi vida tiene un pie en el río y otro en el desierto. 

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